Reconocimiento aborigen en Perú

El pasado 23 de agosto se aprobó por unanimidad una polémica ley en el Congreso peruano. Dicha ley plantea la obligatoriedad de consulta a los indígenas, solamente para el Gobierno para la explotación de los recursos naturales, cuando estos se encuentren en los “territorios” de los pueblos originarios, dependiendo la realización de estos proyectos de la decisión que las comunidades aborígenes tomen en conjunto con el Estado.

La presente ley reconoce definitivamente el Convenio número 169 de la OIT ratificado por el Estado peruano mediante la Resolución Legislativa 26253. El cual plantea un reconocimiento de los derechos aborígenes, tratándolos de incluir plenamente en la sociedad, pero su vez se contradice al querer otorgarle derechos exclusivos por el sólo hecho de ser indígenas.

La ley propiamente dicha tiende a repetir este error de la OIT, ya que, tal como lo expresa en su Artículo 3, “la finalidad de la consulta es alcanzar un acuerdo o consentimiento entre el Estado y los pueblos indígenas u originarios respecto a la medida legislativa o administrativa que les afecten directamente, a través de un diálogo intercultural que garantice su inclusión en los procesos de toma de decisión del Estado y la adopción de medidas respetuosas de sus derechos colectivos.” Además establece todos los mecanismos para la consulta y quienes están autorizados para llevar el dialogo adelante, ya sea por parte de los aborígenes, como por parte del estado.

Esta ley fue sancionada durante la presidencia del ex presidente Alan García, quien se opuso férreamente a ella, vetándola a mediados de 2009, llegando al punto de reprimir una manifestación de pueblos originarios que se oponían a la decisión presidencial, con un saldo de 34 muertos. Esto es producto del servicio voluntario que Alan García presta a la Corporatocracia, como algunos de sus (ex)pares latinoamericanos.

De esta manera vemos como una medida que podría servir para generar una mayor igualdad entre los miembros de la Nación Inconclusa* no hace mas que generar aún más diferencias y discriminar más a quienes son los verdaderos herederos de este suelo, ya que los derechos que deberían tener los pueblos originarios son los mismos que tenemos usted y yo.

*Lease la Gran Nación Latinoamericana