Para defender lo propio

Hace poco se oyó en todo Brasil ¡encontramos petróleo!, como también sucede en varios países de latinoamérica en casi 5 años. Ante estos descubrimientos de hidrocarburos, la mayoría de los países ha decido mejorar la capacidad y la calidad de sus ejercitos, como así también adquirir mas armamentos y ampliar sus flotas navales y aéreas.

Como es el caso de Brasil que planea invertir 117.000 millones de dolares para ampliar su flota naval, y así tratar de evitar que los países imperialistas, como Estados Unidos y Gran Bretaña, invadan al país para hacerse con los recursos que le pertenecen a los brasileros.

En Argentina pasa todo lo contrario, cada vez que se puede se desbarata mas al ejercito, diezmando sus fuerzas y vendiendo los pocos armamentos con los que disponemos. Siendo que somos un país productor, no solo de petróleo, sino que también de gas, diverso minerales, energía eléctrica proveniente de distintas fuentes, y somos una de las reservas mundiales mas grandes del mundo de agua dulce. Frente a esto el Estado Nacional se niega a ver que el ejercito es una parte muy importante de la cuestión nacional y su soberanía. Ya lo expresaban Ramos y Jauretche en su época, al decir que el ejercito, en los países semicolonoliales, era la expresión de los intereses nacionales como quedo demostrado con la primera presidencia de roca y posteriormente con el peronismo.

Por ende, nuestro país necesita con urgencia un camino hacia la militarización, en el sentido de ampliar nuestra capacidad de defensa frente a las potencias extranjeras, ávidas de apropiarse de lo que no les pertenece. El primer paso sería reabrir Fabricaciones Militares, aquella fabrica estatal en manos del ejercito (que empezó a funcionar durante el primer gobierno de Perón), que no sólo fabricaba armas para Argentina, sino que también para exportar.

Lamentamos profundamente que, pese a proclamar la recuperación de la soberanía, y los elogios realizados hace poco a los grandes patriotas de Mansilla y Rosas, en conmemoración de la Vuelta de Obligado; el Gobierno Nacional no lleve a la practica los mecanismo básicos para la defensa de nuestra soberanía, tanto territorial, como económica.

En este sentido deberíamos imitar a Brasil, que no sólo controla desde el estado la mayoría de sus recursos naturales, sino que además los piensa defender hasta las últimas consecuencias, y se prepara para ello.